Por partida doble

Luego de aquel histórico día en el cual le dije a mi marido y familiares  que estábamos esperando un bebé, decidimos ir al centro de salud para que nuestro médico de cabecera nos refiriese a un ginecólogo de la seguridad social.

Como bien saben las citas por la seguridad social suelen tardar mucho, y como era de esperarse nos dieron cita para mediados del mes siguiente.Nos pareció que era mucho tiempo estábamos tan ansiosos por saber como estaba nuestro bebé, y además ya pasábamos de las seis semanas.

Decidimos llamar a un centro privado he ir por nuestra cuenta y así enterarnos de como iba evolucionando en mi vientre nuestra semilla, después de llamar a  varios centros de salud y sin éxito alguno, por fin  nos dieron la tan anhelada cita en una fecha próxima.

Llegamos al lugar y al pasar por información  nos enviaron a sentarnos a una sala donde habían otras personas, al transcurrir unos 20 minutos de nuestra llegada al centro nos llamaron, primero fui con una señora que me hizo unas cuantas preguntas yo pensaba que era la doctora pero no, era la enfermera  y nos envió de nuevo a la sala de espera.

Los nervios los teníamos a flor de piel ya queríamos saber que nos diría el doctor sobre la evolución de nuestro bebé, pasado unos diez minutos me volvieron a llamar y nos hicieron  entrar donde el doctor, me dijeron que me ponga una bata en el baño y cuando salgo me dice el doctor que me suba en la cama/ camilla.

El médico empezó hacer su exploración y nos dice a mi esposo y a mí todo esta muy bien ya están implantados, mi esposo y yo nerviosos nos miramos a la cara y dijimos !implantados! a lo que el doctor respondió que si esbozando una sonrisa , y en seguida dijo miren un corazón y miren el otro, quedamos en shock porque no nos había pasado por la cabeza que estamos a la espera no de uno sino de dos bebés .

Por Paola Bautista   

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